Hoy fue un día raro... así me siento siempre que viajo. Con ganas de estar en el lugar hacia donde me dirijo, pero por otro lado, añorando lo que estoy dejando atrás.
Después de tres meses volvía a ver el mar, escuchar ese sonido con el romper de las olas para que mi mente vuele y se disipen todas las preocupaciones, el estres, todo aquello que no kiero tener dentro de mí. Así es para mí el pasear, y la humedad con ese olor tan especial me devuelve la vida, las ganas de seguir luchando. Hay dos cosas que nunca cambiaría: la primera el momento en el cual le entregué mi vida a Dios, porque sé que no soy nada sín el y la segunda pasear con mis perritas por la playa de mi pueblo y envolverme en un nuevo mundo, es donde realmente soy yo, donde me siento libre de todas las ataduras de la gente o de todo aquello que impone la sociedad en el día a día. Solo soy yo y ese hermoso azur horizonte sin final.
Los mejores atardeceres son los de invierno. Todos son completamente diferentes. A veces con colores rosados, violetas...otros pardos, otros zules, anaranjados etc... . En Madrid es lo unico q echo de menos... alzar los ojos y ver como se esconden entre las montañas el sol rompiendo las nubes con sus rayos, como en los cuadros de los antiguos... .
Esta semana quiero ir al casco antiguo y ver la catedral... Es muy romántico pasear por las calles antiguas y todo adornado con las luces navideñas, el pesebre de flores en pleno centro al comenzar la alameda frente a la plaza de la marina... y a su vez palpar el olor de las castañas asadas.
El frío no importa... solo importa el poder captar cada esencia de todo lo que me rodea y disfrutarlo porque tal vez mañana ya no stará ahí.
Algún día tengo que ir a tu pueblo... me alegro de que estés bien, un besito wapa. Que pases una buena noche y mañana sea también un dia especial..
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