El fin de semana pasado estuve en Priego de Córdoba, donde se celebró "INFINITY" un evento cristiano (ya lo comenté en otro post).
Estuvieron muy bien los conciertos, la decoración fue preciosa, el lugar parecía un universo. El viernes por la noche fue la inaguración, y lo flipamos! Y así el resto del evento. Pero lo que más me gustó fueron las plenarias y el ver a los voluntarios tan apasionados por lo que hacían.
Dí un taller de pintura, donde Dios me enseñó algo nuevo. Solo tenía materiales para unas 30 personas. Fue un error por mi parte no haber preparado más, pero tampoco tuve presupuesto para más. Al taller llegaron más de 45 personas... así que tuve que inventarme cosas conforme a la marcha para que todo el mundo pudiera pintar.
El taller quise enfocarlo en lo que Dios me ha enseñado que es el arte. Es un fluir, como un río que se derrama desde el cielo a nosotros y que desemboca a través de nuestras manos, sentidos y colores en el lienzo.
Quería que el tiempo que estuvieramos utilizando los colores fuese un tiempo de alabanza, de gratitud, de sentir ese gran regalo que es la creatividad. Y la verdád que salieron cosas muy chulas.
Primero repartí 20 lienzos, que ya estaban preparados y cada persona tenía que pintarlos. Supuestamente eran pinturas abstractas, pero una vez hechos, los ordenamos y todos tenían un lugar y un propósito. Lo enfoqué a que Dios con nosotros tiene un propósito. Todos tenemos diferentes dones o talentos, Dios nos va enseñando a través de las pinceladas de la vida ( las cosas buenas o malas que nos pasan) y aunque a veces parezca que estamos delante de un cuadro abstracto sin sentido, Dios si tiene un sentido y va unido al resto de las personas. Por ello todos somos muy importantes.
Estuvieron muy bien los conciertos, la decoración fue preciosa, el lugar parecía un universo. El viernes por la noche fue la inaguración, y lo flipamos! Y así el resto del evento. Pero lo que más me gustó fueron las plenarias y el ver a los voluntarios tan apasionados por lo que hacían.
Dí un taller de pintura, donde Dios me enseñó algo nuevo. Solo tenía materiales para unas 30 personas. Fue un error por mi parte no haber preparado más, pero tampoco tuve presupuesto para más. Al taller llegaron más de 45 personas... así que tuve que inventarme cosas conforme a la marcha para que todo el mundo pudiera pintar.
El taller quise enfocarlo en lo que Dios me ha enseñado que es el arte. Es un fluir, como un río que se derrama desde el cielo a nosotros y que desemboca a través de nuestras manos, sentidos y colores en el lienzo.
Quería que el tiempo que estuvieramos utilizando los colores fuese un tiempo de alabanza, de gratitud, de sentir ese gran regalo que es la creatividad. Y la verdád que salieron cosas muy chulas.
Primero repartí 20 lienzos, que ya estaban preparados y cada persona tenía que pintarlos. Supuestamente eran pinturas abstractas, pero una vez hechos, los ordenamos y todos tenían un lugar y un propósito. Lo enfoqué a que Dios con nosotros tiene un propósito. Todos tenemos diferentes dones o talentos, Dios nos va enseñando a través de las pinceladas de la vida ( las cosas buenas o malas que nos pasan) y aunque a veces parezca que estamos delante de un cuadro abstracto sin sentido, Dios si tiene un sentido y va unido al resto de las personas. Por ello todos somos muy importantes.
(Resultado Final)También pude pasar un buen tiempo en familia con mi madre y mis hermanos, ya que desde navidad no estabamos todos juntos con Juanfer.
(Después de una batucada)
(Tocando en "ciudad alabanza")
pues me gusta mucho el resultado final
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