Fue internada durante 30 años en un sanatorio mental, y allí murió. Había sido discípula y joven amante de Auguste Rodin, quien supo de su intenso talento pero quien no comprendía que hombres y mujeres tenían derecho a ser iguales. Ella le dejó para buscar su independencia y no sólo no recibió ningún apoyo en ningún sentido, sino que además fue enviada por la fuerza a un sanatorio mental. Destruyó casi toda su obra y se negó a esculpir mientras la tuvieran allí encerrada.
Desde su nacimiento fue reconocida por su talento artístico y su belleza. Aunque desde temprana edad Camille demostró poseer un talento natural para el arte en general. Intentó desarrollar todo ese talento y realizó esculturas que revolucionaron el arte del momento. A la joven le costó mucho esfuerzo que sus padres, de origen modesto, aceptaran su vocación en un tiempo en que las cosas no eran fáciles para una mujer, menos si pretendía ser artista y aún peor si se decantaba por la escultura.August Rodin, el más importante escultor de la época. Camille se enamora de Rodin al poco de conocerlo. Y a él ella le deslumbró. Pero no sólo fue su belleza, le fascinó su obra. Nada más ver sus yesos descubrió en ella un alma gemela, alguien que como él vivía por y para los perfiles. Alguien que, como él, se zafaba del academicismo para liberar las figuras, dotarlas de movimiento y emoción, transformando poses clásicas en nuevas formas de poderosa vitalidad. Rodin tenía en ese momento cuarenta y tres años de edad y Camille sólo diecinueve. Así se inició una de las relaciones más tórridas que ha habido en el mundo de los artistas.
Comenzó a exponer pero siempre llegaban a sus oídos los comentarios de quienes veían detrás de esos desnudos la mano del maestro, no la creían capaz de crear por sí misma, pese a las palabras del artísta. Camille se siente humillada, oscurecida por el genio de su mentor; quería demostrarse a sí misma y a los demás que era una mujer, sí, pero también una gran escultora.después de aquellos largos y compenetrados quince años, la relación empezó a tambalearse; tal vez ella esperaba demasiado de él. Ella lo amaba profundamente y la gran mayoría de sus obras reflejan el estado y la presión censuradora a la que fue llevada.
El abandono de su amante se cree que fue la causa del declinar de la carrera y de su estado mental.
Camille se dedicó entonces a la escultura de manera frenética, y se volvió cada vez más arisca. Participó en varias exposiciones de galerías importantes pero no salía de su cuarto donde se dedicaba a esculpir encerrándose en su casa con sus gatos, y con llave puesta en las puertas y ventanas, en acto de inaudita desesperación. Su situación económica se encrudeció y al poco tiempo empezaron a aflorar muestras de problemas mentales. Finalmente cayó enferma, tanto que en diciembre de 1905 se organizó en París una última gran exposición con 13 de sus esculturas. Se volvió una paranoica e insistió en que Rodin la quiería destruir y que la perseguía. Empezó a tener problemas con las galerías al no entregar las obras. El problema no era que no las realizara sino que una vez acabada la escultura la destruía. Comenzó a sentir miedo, apenas comía por temor a ser envenenada y destruyó a martillazos sus propias obras.
El 3 de marzo de 1913 moría su padre, Louis-Prosper Claudel, la única persona de su familia en la que Camille encontró algo de comprensión. Una semana después, el 10 de marzo, fue arrastrada fuera de su apartamento e introducida en una ambulancia. Su madre, Louise, había firmado los papeles para su internamiento en el sanantorio de Ville-Evrard ante la opinión médica de que sufría severos trastornos mentales que la hacían peligrosa para sí misma y para los demás, y quizás porque su extraño comportamiento anterior con Rodin y el actuál manchara la reputación que se estaba creando su hermano en la diplomacia. Camille escribió:
"Triste sorpresa para un artista; eso fue lo que obtuve en lugar de una recompensa, suelen ocurrirme semejantes cosas"
"Tras apoderarse de la obra realizada a lo largo de toda mi vida, me obligan a cumplir los años de prisión que tanto merecían ellos..."
Se creía víctima de "los ataques criminales de un famoso escultor". Odiaba profundamente a Rodin y llegó a escribir mostrando claramente como la pasión se había tornado en odio:"Tras apoderarse de la obra realizada a lo largo de toda mi vida, me obligan a cumplir los años de prisión que tanto merecían ellos..."
"En el fondo. todo eso surge del cerebro diabólico de Rodin. Tenía una sola obsesión:que, una vez muerto, yo progresara como artista y lo superara; necesitaba creer que, después de muerto, seguiría teniéndome entre sus garras igual que hizo en vida"