miércoles, 26 de mayo de 2010

Sherezade, el principe y la princesa...

Cuando escucho esta canción, los minutos se detienen y de repente, mi mente viaja a través del tiempo...

A veces, no encuentro palabras para describir lo que una melodía puede llegar a ocasionar, ese éxtasis que envuelve y atrapa el corazón en un sutil suspiro. Ese suspiro que solo una obra de arte puede transmitir y llegar hasta lo más profundo del alma.



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