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Dolor, angustia, rabia, lágrimas, suspiros, gritos, caos, hambre, desnudez y un sin fín de palabras nunca podrán expresar el olor a muerte de un país entero.
Miles de preguntas y entre ellas: ¿cómo ayudar? Y me ahogo en la impotencia de limitarme a confiar que el dinero que se está recaudando, realmente llegue a buen fin y no acabe en los bolsillos de una panda de ladrones.
Solo el hecho de imaginar que en un abrir y cerrar de ojos miles de personas no tienen NADA y ver, que a miles de kilómetros malgastamos continuamente TODO, hace que me sienta muy culpable por vivir en este paraíso irracional.
Completamente de acuerdo contigo Lucia...¡es terrible! Ojala la ayuda esté llegando y llegue mucha más....Besos de domingo algo entristecidos por tu llanto que es también el mio
ResponderEliminarun abrazo, esto también pasará.
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