Anoche, reflexionando sobre la vida, la muerte y la existencia, busqué respuestas a ciertas cosas y me di cuenta que cada vez somos más desagraciados a causa de la ceguera que nos envuelve cada día.
"Hay un mal debajo del cielo, muy común entre los hombres: el del hombre a quien Dios da riquezas, bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero no son capaces de verlo, sino que lo disfrutan los extraños.
Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo, su deseo no se sacia.
Más vale lo que ven los ojos que un deseo que pasa". Eclesiastés 6.
Lo bueno de reconocer errores es que sirven para hacer un alto en el camino, ver donde estamos y cambiar los renglones torcidos por los rectos.
cierto... pero merece la pena el intento.
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